LA HISTORIA NO ES EL PASADO, PORQUE TRANSCURRE HOY .
El Museo Itinerante del Barrio de la Refinería, las Jornadas de Cronistas e Historiadores Barriales y el Museo Virtual están declarados de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario y el Honorable Concejo Municipal.
Personería Jurídica Otorgada por Resolución Nº325 del año 2010.
SE MUESTRAN 5 ARTICULOS POR PAGINA, Y SE PUBLICA UNO NUEVO CADA MES. Para comunicarse:
BANCO DE IMAGENES: angita1845@yahoo.com.ar

lunes, 27 de octubre de 2008

EL ROL DEL BARRIO REFINERIA EN LA CIUDAD

La ciudad de Rosario, al momento de la “creación” de la Refinería Argentina de Azúcar, estaba claramente dividida. Estamos hablando de finales del siglo XIX.
Rosario se dividía en un Área Central, los Extramuros y la Periferia. De esta manera, la ciudad estaba conformada por “anillos” más o menos concéntricos.
Cada uno de estos anillos tenía un papel en el funcionamiento urbano.
En el área central de Rosario estaba la vivienda de las clases altas y los comercios importantes. Se definía como “entre los bulevares” o sea entre Boulevard Oroño o “Santafesino” y Avenida Pellegrini o “Boulevard Argentino”.
Todo un sistema simbólico estaba al servicio de la gente de dinero o del gobierno, que formaban la misma clase social. La función de esta área era de gobierno” y de “entrada”. O sea que en esta parte de la ciudad, dividida en el centro propiamente dicho y “el bajo”, estaban los edificios de gobierno, religiosos y comerciales más importantes, las “sedes”.
Pero también estaba el puerto, en “el Bajo”, destinado a las importaciones. También se ubicaban los comercios mayoristas, los que comerciaban mercaderías suntuarias o especiales. Dos o tres fábricas se radicaban aún en el área, pero éstas desaparecerían rápidamente a inicios del siglo XX hacia el segundo anillo, la periferia o “los Extramuros”.



Este primer anillo se definía por otros límites. Abarcaba desde Boulevar Oroño al bulevar Timbúes, hoy Avenida Francia.
Hacia el sur, llegaba hasta el campo.

En este anillo se ubicaban los depósitos, las viviendas del personal servicio o que trabajaba en el centro. Muchas familias, sobre todo hacia el oeste en lo que hoy llamamos Echesortu, y que pudieron comprar su casa con cierta rapidez, se ubicaron en este sector en forma definitiva. La conformación del anillo es para 1890, heterogénea, con grandes galpones, casas de clase media o popular, y muchas extensiones baldías.
Los Suburbios, “lo que está por debajo de la ciudad”- a partir del siglo XIX, comenzaron con tres núcleos iniciales:
La “aldea” de San Francisquito y Barrio Vila al oeste, el loteo de Arijón, con los baños del Saladillo al sur y Ludueña, y lo que será el barrio de la Refinería al norte.



Estos dos últimos sectores fueron lugares, puntos de “salida” de mercaderías a exportar. Recordemos que el país tenía un modelo económico capitalista agro exportador, dependiente de mercados sobre todo británicos.
Así, el sur será para la exportación “sucia”, o “aguas abajo”.
Esto significa exportación de carne: mataderos, saladeros y curtiembres. El Matadero Municipal estaba en el sector, y un tranvía especial de carga recorría el trayecto proveyendo de carne a Rosario. El Frigorífico Swift se ubicará allí, más tarde.



Al norte, el Barrio de la Refinería, estaba la exportación “limpia”: granos, azúcar, maderas. Un gran almacén se ubicaba allí ya en la década de 1870, propiedad del señor Antonio Negri.
Y sobre todo, se ubicará allí a partir de 1890 la Refinería Argentina de Azúcar, propiedad de Ernesto Tornquist.

El barrio se fue formando lentamente con las casas y casillas de la gente que trabajaba en la Refinería o para ella.
Instalados también los Talleres centrales, donde se reparaban las locomotoras del ferrocarril, los obreros fueron poblando el lugar con sus casas, pero llegaban al mismo tiempo los funcionarios ingleses y los directores y capataces argentinos.
El barrio estaba limitado fuertemente.
Encajonado en un rincón formado por las vías del ferrocarril al norte y al sur, y por el río al este, su única salida estaba hacia la Avenida Alberdi que fue, durante cuatro décadas, el lugar “luminoso” del barrio, un auténtico shopping hasta los años 50.
Pasadas las vías de los Talleres, hacia el sur, estaba Sunchales, el barrio considerado hoy llamado “Pichincha” y que era el barrio de una estación de ferrocarril. Sunchales era el punto de contacto entre el barrio de la Refinería y los extramuros, y era frecuentemente el barrio de vivienda de los recién llegados a Rosario.

Las funciones del sector donde estaba la Refinería estaban reguladas mediante las costumbres y las ordenanzas.
De aquéllas perduran aún algunas: exportación de cereales, hoy fuertemente criticadas, cuyo funcionamiento ya fue derogado por el Municipio, y una profusión de pequeñas fábricas, herencia del abastecimiento regular para la Refinería.
Se mantiene también la conformación de barrio de baja altura, de viviendas unitarias o de pasillo, en general de trabajadores fabriles o empleados de clase media. Resisten, a duras penas, los viejos conventillos, hoy ya transformados en departamentos.
Paradójicamente, a la vieja queja de los vecinos de la marginación, del aislamiento y las puertas cerradas a la ciudad, hoy se le opone una nueva realidad de barrios cerrados, negocios exclusivos y lugares privilegiados, proyectados para transformar radicalmente el sector. La clase poderosa, adinerada, renovada generacionalmente, ve hoy en el barrio de la Refinería un lugar virgen para sus propios proyectos de transformación, de los cuales es casi la única beneficiaria.
El papel del barrio en la ciudad como lugar para el desarrollo de la vida de los trabajadores, se ha transformado, y ya es un barrio más de la ciudad.
Oficialmente llamado Malvinas Argentinas, y más allá de estas transformaciones espectaculares, el barrio queda como resultado visible de una división funcional de la ciudad.
De esta división permanecen intactas muchas edificaciones, los usos residenciales y la historia de un lugar de la ciudad que se ha trasformado sin perder completamente muchos de sus rasgos esenciales.
Y se le sigue llamando “Barrio Refinería”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Angela:
Recién descubro tu blog. Felicitaciones. Este Viernes 7/11 en la Feria Latinoamericana del libro Rosario, se (volvió) a presentar la colección L"La poes=a en los bares" (Editorial Ciudad Gotica) de la que forma parte "Barrio Refinería".Es siempre una emoción leer un poema dedicado al Barrio. Nos mantenemos en contacto y quedo a tu disposición para lo que necesiten. Abrazo. Silvio González.
Refinería II



A los viejos de mi barrio








Todos morimos en un cañaveral
al arrullo de chalas secas
y al costado del camino

Todos supimos del paso efímero
del tren de pasajeros,

nuestra carga era el cereal,
la abstracta rutina del granero
del mundo

jamás convertimos en quintales
ningún sueño

Somos el barrio
la vía y
el espíritu santo
de las fábricas vacías