LA HISTORIA NO ES EL PASADO, PORQUE TRANSCURRE HOY .
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lunes, 4 de mayo de 2009

LOS SALARIOS EN LA REFINERIA

Cuanto ganaban los obreros de la Refinería?
El Censo Municipal de 1910 nos permite acceder a cifras interesantes para la época.
Como sabemos, la industria capitalista trata de diversificar producción y trabajos dentro del ámbito fabril. Esto le permite, por un lado, controlar cuánto se fabrica, y por otro, a qué costos.
Dentro de este último rubro, los jornales eran una pieza clave del costo del producto final, podemos intuir que había obreros más “caros” que otros, o sea que esto implicaría una especialización, el azúcar.
De los jornales, un a dificultad en la obtención de la fuente de trabajo. Si bien no sabemos exactamente a qué se dedicaba, por ejemplo, un cobrero, podemos deducir que trabajaría en los tachos de cobre al vacío, de suma importancia para la cristalización del azúcar.
La importancia de su trabajo estriba en que “sabe” el punto justo de la cristalización, indispensable como óptima condición productiva.
Esta importancia le adjudica al cobrero, por supuesto, un salario alto.
Por el otro lado, se empleaban a menores para tareas elementales. Limpieza, acarreo de cajones livianos, como aprendices o bien como cadetes. Por lo tanto, su jornal sería el menor de todos. Las mujeres eran empeladas como cortadoras de los pancitos de azúcar o bien como embaladoras, y lo bajo de su salario su salario se debía, por un lado, a su condición femenina despreciada en un mundo de hombres, y por el otro a la reducida importancia de sus tareas en la industria, sumada a su fácil reemplazo.
Dentro de estos rangos, hay toda una gama de trabajos fabriles: herreros, albañiles, hombreadores, caldereros, foguistas, maquinistas…

Un cuadro con los jornales evidencia cómo suben los salarios por especialidad, y los “saltos” salariales. Podemos ver tres “saltos” en el gráfico, donde la curva se "aplana".
Uno de ellos podemos denominarlo cultural, puesto que separa a los niños y mujeres del resto de la población fabril masculina y adulta.
El segundo es productivo, a partir de los foguistas y pesadores, se evidencia un crecimiento del jornal, ya que a partir de estas labores comenzaba la producción, la labor productiva, y por lo tanto, el precio de la "mercadería trabajo" es mayor.
El tercer salto implica una especialización extrema, llevada al rango de oficio cualificado, y son las dos ocupaciones clave: los albañiles, mecánicos y cobreros. Sin ellos, la fábrica no funciona, ni crece.
Sin ellos directamente no hay producción, su falta implica detener la fábrica.
¿Su salario era mucho o poco?
El promedio del jornal era unos $4,30, lo que por mes significaba unos 120 a 130 pesos. Debemos tener en cuenta lo caro de los alquileres, de la vida cotidiana.
Podemos estimar, en base a los informes de Bialet Massé, que los gastos mensuales de alimentos, alquiler, ropa, combustible y otras necesidades llegaban a 140 0 200 pesos, lo que da la pauta que las familias debían tener otros ingresos, como la confección de elementos para la fábrica (bolsas, por ejemplo) o de ropa para los otros vecinos.
Sin embargo, la necesidad e trabajar de manera ininterrumpida a fin de asegurar una subsistencia siempre precaria dio una impronta no desdeñable, la del valor casi mítico del trabajo. Esto se evidencia hoy en muchos vecinos en la forma de "ver" el trabajo: esforzado, casi muscular. Un "vago" es el que no transpira en su labor...
El trabajo mal pago de la Refinería implicó, cien años después, y desde esta perspectiva, no sólo una marca histórica, sino también cultural.



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