Establecida la población en el barrio, las costumbres de cada nacionalidad fueron adaptándose, confundiéndose.
Una de las costumbres más fuertes en todo grupo humano es la religiosa, la creencia religiosa, que en el barrio estuvo poco representada a comienzos del siglo, sobre todo la religión católica.
Hacia principios del la dècada del 20 esta tendencia "laicizante" empezó a revertirse, dados los esfuerzos que el obispo Boneo aplicaba en la difusión y práctica de la fe. Es la "edad dorada" de la creación de templos e iglesias en la ciudad.
Ya en la religion católica como rito, uno de los sacramentos católicos es la Comunión.
La foto que el museo posee y que vemos aquí representa el festejo, el recuerdo de ese sacramento. Es del 10 de agosto de 1930, caso raro de una foto antigua en la que puede establecerse la fecha con exactitud, y posiblemente se haya tomado en la cercana cancha de Rosario Central, cancha aún precaria, de escalones de madera y cemento, siendo muy útil a los efectos de la foto... y del fotógrafo.
Los chicos - que suman 108 varones exactos- han tomado la Comunión, son de la escuela Juan Baustista y se ven en la misma postura, casi todos serios, firmes. Uno que otro en pose suelta, canchera. Las ropas son variadas, algunos usan ropas ajadas, humildes, alguno, ropa de más calidad, denotando una cierta posición paterna.
Como era acostumbre, el pantalón corto es de rigor. Los estereotipos en la vestimenta aparecen: el vestido de marinerito, el que usa saco de estilo adulto, el de corbata. Todos usan el moño blanco tradicional.
La escuela San Juan Bautista es la actual escuela Boneo, y en su capilla deben haber tomado el sacramento.
Lo interesante, según uno de los integrantes del museo, es la cantidad de chicos.
Corresponde a 108 familias, o sea que poseen la representatividad -supongamos a 5 integrantes por familia de 540 personas, que es una cierta cantidad de gente para el barrio, que llamaríamos "católica practicante". Del resto de la población no sabemos nada, pero es importante ver la importancia que adquirió la religión católica, cuando veinte años antes no poseía ni templo en el barrio.
Es llamativa la presencia de este crecido número de niños católicos en un barrio que fue definido como alborotador, huelguista y que daba refugio a acratas, socialistas y comunistas, y por lo tanto, ateos, que rechazaban tajantemente la religión, sumados a los numerosos credos extranjeros, incluso no cristianos.
Es posible que a la vuelta de 17 años, el afincamento, el matrimonio con mujeres católicas, mas la seguridad que daba la pertenencia a un país, fomentara el auge de las creencias institucionalizadas, sobre todo practicando la religión mayoritaria. debemos tenr en cuenta que la religión del estado era la católica, y que incluso formaba parte de la enseñanza obligatoria.
El barrio obrero ya era un conglomerado que pertenecia a Rosario, y que trabajaba y vivía en la ciudad. Ya no habría griegos, turcos, ingleses o italianos, sino vecinos.
Los chicos de la foto, hoy ancianos - o fallecidos- forman un grupo testigo de la forma de vida en el barrio, hace casi ochenta años, cuando 108 juntos tomaron la Comunión.
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