El 16 de junio de 1955, a las 12.30, aviones de la Marina bombardean Plaza de Mayo en Buenos Aires, atestada de gente. Además de trabajadores y paseantes, murieron muchos niños que volvían de la escuela.
Fue el principio del fin del goberno de Juan Domingo Perón.
Una serie de rebeliones culminó tres meses después, el 16 de septiembre de 1955, cuando sin oponer resistencia, el general Juan Domingo Perón deja la presidencia para asilarse en Paraguay. Un gobierno de facto se impone a un país dividido, irracional, enfurecido y asustado.
Representada como "golpe de estado" o bien como el "derrocamiento de un tirano", la Revolución Libertadora del 16 de septiembre de 1955 pasó a la historia como un nefasto antecedente que dividió al país, arrasó con las instituciones, censuró absurdamente los pensamientos políticos de la mitad de la población, y finalmente tuvo que concluir. Atizando odios contra Perón, desde el gobierno se fusiló a militares partidarios del presidente, se restringió la libertad política y de prensa, y se impusieron medidas económicas y sociales francamente retardatarias e impopulares, para finalmente dejar el poder en 1958 en manos de Arturo Frondizi.
Representada como "golpe de estado" o bien como el "derrocamiento de un tirano", la Revolución Libertadora del 16 de septiembre de 1955 pasó a la historia como un nefasto antecedente que dividió al país, arrasó con las instituciones, censuró absurdamente los pensamientos políticos de la mitad de la población, y finalmente tuvo que concluir. Atizando odios contra Perón, desde el gobierno se fusiló a militares partidarios del presidente, se restringió la libertad política y de prensa, y se impusieron medidas económicas y sociales francamente retardatarias e impopulares, para finalmente dejar el poder en 1958 en manos de Arturo Frondizi.
Iniciada por el general Eduardo Lonardi, éste fue a su vez derrocado "desde adentro" del gobierno (se lo acusaba de "blando" con el peronismo), quedando un segundo presidente hasta 1958, el general Pedro Eugenio Aramburu. Este general finalmente fue asesinado en 1970 por Montoneros, acusado precisamente de realizar la Revolución.
El juicio de la historia no fue muy benevolente con sus protagonistas: en su mayoría fueron olvidados, repudiados como bárbaros golpistas, y su "sacrificio patriótico" se ha tornado francamente vergonzante. Los partidos políticos, la iglesia y las fuerzas armadas nunca han hecho una decidida autocrítica de su actuación en la Revolución, dejando caer un piadoso manto de olvido sobre los hechos que indudablemente los involucraron. Muchísimos argentinos justificaron el golpe y lo que es más triste, justificaron como necesarias las muertes producidas.
El juicio de la historia no fue muy benevolente con sus protagonistas: en su mayoría fueron olvidados, repudiados como bárbaros golpistas, y su "sacrificio patriótico" se ha tornado francamente vergonzante. Los partidos políticos, la iglesia y las fuerzas armadas nunca han hecho una decidida autocrítica de su actuación en la Revolución, dejando caer un piadoso manto de olvido sobre los hechos que indudablemente los involucraron. Muchísimos argentinos justificaron el golpe y lo que es más triste, justificaron como necesarias las muertes producidas.
La historia ha recalcado las acciones en Buenos Aires, Mar del Plata y Córdoba, centros de los más trágicos combates, pero la conmoción fue nacional, local e incluso barrial.
Por ello, dejamos aquí el testimonio de Juan José Mocciaro, vecino del barrio y, en ese momento, un escolar del Colegio Monseñor Boneo, un niño inocente ante los acontecimientos. Leamos a Juan José....
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Ese día me puse hacer los deberes, almorcé y mi madre me llevo a la Escuela Boneo donde estaba en primer grado superior, turno tarde.
Tenía solo 8 años y mi maestra era la señorita Lidia de la Torre, una maestra con los principios de Sarmiento y una calidez que hoy sería un ejemplo a imitar.
En el primer recreo veo con asombro a los curas que normalmente los veía con la sotana negra hasta los pies, estaban con traje negro y algunos con sombrero, que se iban retirando por la puerta de calle Gorriti.
Tenía solo 8 años y mi maestra era la señorita Lidia de la Torre, una maestra con los principios de Sarmiento y una calidez que hoy sería un ejemplo a imitar.
En el primer recreo veo con asombro a los curas que normalmente los veía con la sotana negra hasta los pies, estaban con traje negro y algunos con sombrero, que se iban retirando por la puerta de calle Gorriti.
Me quedé perplejo y nadie daba una explicación, volvimos al aula y al ratito veo a mi madre en la puerta del aula donde la maestra me decía:
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- Mocciaro, junte todo que lo vienen a buscar. .
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- ¿Que pasa?
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Mi madre me tomó de la mano y nos dirigimos a la salida y veía que llegaban más madres, entonces le pregunto:.
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- ¿Porque me viniste a buscar?
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Y salió de su boca con una voz de preocupación y miedo:.
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Hasta llegar a mi casa que eran apenas 3 cuadras, vivía en Vélez Sarsfield al 900, había gente corriendo, por Bv. Avellaneda pasaba un camión con soldados. Llego a mi casa y veo a mi tío (peronista) con lágrimas en los ojos, y mi padre (radical) con una sonrisa picaresca, parecían las mascaras que representan al teatro.
Como mi tío estaba construyendo la casa en la parte de adelante de la mía, tenía una pileta apagando cal, y empezamos a ver que la gente con baldes llenaban de cal y con una brocha iban hasta la esquina de Av. Alberdi y Velez Sarsfield donde estaba el Almacén La Estrella, de Calacho Ustarán, y paraban los autos que eran todos negros y le pintaban VIVA PERÓN.
Como mi tío estaba construyendo la casa en la parte de adelante de la mía, tenía una pileta apagando cal, y empezamos a ver que la gente con baldes llenaban de cal y con una brocha iban hasta la esquina de Av. Alberdi y Velez Sarsfield donde estaba el Almacén La Estrella, de Calacho Ustarán, y paraban los autos que eran todos negros y le pintaban VIVA PERÓN.
Igualmente se lo escribieron a un tranvía que iba por Av. Alberdi hacía el norte, nosotros asomados en la puerta, pero de golpe se empieza a sentir un fuerte bullicio que venía desde Refinería por calle Vélez Sarsfield y eran un grupo bastante importante de hombres y mujeres que gritaban “ la vida por Perón” con fotos de él.
Al instante y antes de llegar a Bv. Avellaneda llega un camión de soldados y los dispersan con tiros, calculo que al aire...
Ahí nomás mi madre me metió adentro.
A pesar de la edad que tenía, aún tengo vivo el recuerdo de ese día tan agitado.
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Según la historiadora Patricia Pasquali, la ciudad estaba profundamente dividida.
A las acciones militares se sumaban las acciones civiles: antiperonistas revindicando la "lbertad" y atacando los símbolos peronistas, o bien peronistas defendiendo al gobierno, primero con pintadas y huelgas, y luego con acciones de sabotaje.
La Revolución Libertadora prohibió por decreto el Partido Peronista, e incluso la mención del nombre de Perón, Eva Perón o cantar la marcha peronista.
Aqui abajo pegamos un video documental que muestra el porqué de los temores de la madre de Juan José Mocciaro...
3 comentarios:
Gorilas asecinos, mataron a gente inocente, encima le quisieron echar la culpa a peron. que, manejaba el avion peron?????????. Hesta gente no tiene perdon.
ERA UNA TIRANIA COSTITUCIONAL Y FUE UN GOLPE. NO SE CONBATE FUEGO CON FUEGO.
Traten d q el blog se mantenga apolitico, porque s estan embanderando c el peronismo mas absurdo y ditatorial.
No es con animo d critica sino d ayudar a mantener el exselente nivel.
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