
En los negocios se podían ver productos nuevos. Para los chicos, que ya iban a clases fibras Sylvapen extra gruesas, y dentífrico Odolito, con caja de cartón para armar.
En fútbl, Ardiles es el crack del momento. María Liliana Marini es Miss Siete Días. En Buenos Aires, las alumnas se quejan porque no les dejan usar lápiz de labios. La tienda Ñaró lanza su colección de invierno en ropa de cuero y se estrena la película Contacto en Francia.
Más allá de estas

Un gobierno que sería el peor de la historia argentina, una dictadura que dio y obtuvo lo peor de la Argentina: la muerte, el miedo, la miseria y también el individualismo feroz, el egoísmo, la delación.
Para que la gente –nosotros- no nos diéramos cuenta, y no nos resistiéramos, mataron a miles y de otros tantos se ignora el paradero.
El Museo posee un par de objetos que nunca hubiese deseado tener.
Pero los vecinos donaron dos de esos objetos indeseados y a la vez, únicos.
Son dos revistas, una Siete Días Ilustrados, la otra, la revista Gente y la Actualidad.
Ambas muestran la “inauguración" del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, que luego sería llamado, simple y kafkianamente, El Proceso.En estos objetos, la crónica de lo e

Periodistas que hoy quieren dar una imagen de demócratas griegos, como Chiche Gelblum y Mariano Grondona, alababan a los militares como la última esperanza posible.
Los artículos tratan de mostrar que no pasa nada y que la normalidad es la mejor reacción, así que el mejor consejo es… no hacer nada.
De las revistas, no elegimos las fotos más comunes, como la Junta jurando ante el escribano, o dando su primer discurso.
Preferimos otras, unas pocas escenas que hoy parecen surrealistas, pero que muestran el espanto que ya se tenía dos días después de iniciada la dictadura. Porque en estas publicaciones se adivina ya el miedo. 
Los artículos parecen ser esos silbidos para no tener terror en la oscuridad: la vedette se contrapone al militar, el crack de fútbol hace olvidar el tanque en la Plaza, la propaganda juvenil, la represión feroz en Tucumán y el jubilado que lee tranquilo ni sospecha que puede tener un nieto desaparecido.
Estos objetos, revistas “de actualidad”, fueron donados hace unos cinco años, y fueron guardados quién sabe co
n qué objetivo.
Tal vez fue el orgullo del momento, porque (no hay que negarlo) muchos deseaban un gobierno militar para obtener una tranquilidad y prosperidad que nunca llegaría.
O quizás el carácter histórico del momento, reflejado en una revista que se guardó para recordar un día memorable.
Los que donaron las revistas dijeron, palabras más, palabras menos:
.
-Es para que no se pierdan, para que sirvan para algo.
.

Los artículos parecen ser esos silbidos para no tener terror en la oscuridad: la vedette se contrapone al militar, el crack de fútbol hace olvidar el tanque en la Plaza, la propaganda juvenil, la represión feroz en Tucumán y el jubilado que lee tranquilo ni sospecha que puede tener un nieto desaparecido.
Estos objetos, revistas “de actualidad”, fueron donados hace unos cinco años, y fueron guardados quién sabe co

Tal vez fue el orgullo del momento, porque (no hay que negarlo) muchos deseaban un gobierno militar para obtener una tranquilidad y prosperidad que nunca llegaría.
O quizás el carácter histórico del momento, reflejado en una revista que se guardó para recordar un día memorable.
Los que donaron las revistas dijeron, palabras más, palabras menos:
.
-Es para que no se pierdan, para que sirvan para algo.
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¿Será que estos objetos han sido, efectivamente, hechos para eso?
Para acordarse, decimos. Que no es poco.
Para acordarse, decimos. Que no es poco.
Tal vez algún día la impunidad y la injusticia estén en una vitrina, como un objeto raro, obsoleto y ya irrepetible.
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