LA HISTORIA NO ES EL PASADO, PORQUE TRANSCURRE HOY .
El Museo Itinerante del Barrio de la Refinería, las Jornadas de Cronistas e Historiadores Barriales y el Museo Virtual están declarados de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario y el Honorable Concejo Municipal.
Personería Jurídica Otorgada por Resolución Nº325 del año 2010.
SE MUESTRAN 5 ARTICULOS POR PAGINA, Y SE PUBLICA UNO NUEVO CADA MES. Para comunicarse:
BANCO DE IMAGENES: angita1845@yahoo.com.ar

domingo, 21 de marzo de 2010

VOTO SIN CANTAR

Luego de diez años de revoluciones y intentos de golpe de estado civil, Roque Sáenz Peña envía al Congreso una ley, que regía al forma de votar y así elegir a las autoridades nacionales, provinciales y municipales. Esta norma, llamada Ley General de Elecciones 8.871 o popularmente Ley Sáenz Peña.
La norma establecía el voto secreto, masculino y obligatorio, y exceptuaba de dicho derecho a las mujeres, los menos de 18 años, los militares, los analfabetos y los extranjeros. El registro de votantes sería el padrón militar.
Se votaban electores (voto indirecto) que luego sufragaban por el candidato.
Durante el gobierno del Partido Autonomista Nacional o PAN, se había impuesto una forma de sufragio denominada máquina electoral, un eufemismo para el fraude. Éste consistía en el llamado voto cantado, el votante debía decir en boca de urna su preferencia, y se le anotaba como simpatizante de tal o cual candidato. Los Padrones Cívicos se manipulaban groseramente y las libretas cívicas eran parte del capital de los punteros políticos. Esta práctica llevaba a toda clase de violencias y matufias de las que no se libraban próceres como Sarmiento o Mitre, verdaderos adalides del fraude en su momento.
Luego de las revoluciones radicales de 1890 y 1905, y en medio de las presiones del este partido, la Unión Cívica Radical, en 1910 asume Roque Sáenz Peña como presidente de la República.
Sáenz Peña también tuvo un contexto marcado por el fuerte contingente inmigratorio, y la violencia que significaba la ley de residencia. El Grito de Alcorta simbolizaba del mismo modo, una dinámica política y social del interior que debía apaciguarse para poder gobernar. Las clases medias, pujando por llegar al poder, veían en el radicalismo su partido de acción preferido, si bien había otras opciones.
Dada la inestabilidad institucional del país, se decide reglamentar el ejercicio del sufragio.
Con esta ley, el radicalismo abandona su prédica revolucionaria y la abstención electoral.
La primera contienda electoral realizada bajo el marco de la nueva legislación ocurrió en la elección de Diputados Nacionales llevada a cabo el 7 de Abril de 1912, en la Provincia de Santa Fé. A esa elección concurrieron por primera vez partidos políticos como la Liga del Sur y la Unión Cívica Radical. Aunque ya en la elección de Gobernador se utilizó el Padrón Militar, en lugar el Registro Cívico, eliminando el más notorio instrumento del fraude, no se aplicó la Ley Sáenz Peña por tratarse de una elección provincial.
Sin embargo, la incidencia de la Ley resulta clara: se incrementó la participación en más de 15% para Santa Fe, lo que daba un indicio del civismo que significaba participar en una elección sin presiones. Recordemos que a nivel nacional, antes de la Ley participaba electoralmente sólo un 2,8 % de la población para 1910 (Fuente: Statistical Abstract of Latin America, Cap. 34., cifra para la elección presidencial de Roque Sáenz Peña).
El Museo posee un voto de esta primera votación “libre” de 1916 para presidente y diputados, o mejor dicho, para sus electores.
Enviada por correo a Antonio Negri, formaba parte del “mailing” político del momento. En realidad es una pequeña colección consistente en el sobre contenedor, un volante de propaganda con recomendaciones, la indicación de la mesa donde Negri debía votar y un voto, por supuesto, de la Liga del Sur, ya Partido Demócrata Progresista, cuyo candidato era Lisandro de la Torre.
Antonio Negri, comerciante del barrio, estaba dentro de las familias acomodadas, con varias propiedades y que estaba vinculado por vía de matrimonio con los Rezzoagli  (o Rezoagli) ya que provenían del mismo pueblo de Italia.
La Liga del Sur - el Partido Demócrata Progresista a nivel nacional- trataba de atraer esta naciente clase media, recorriendo los barrios y pueblos de la campaña santafesina, mediante métodos comunes hoy en día: autos con pancartas, afiches y este tipo de “mailing”.
No sabemos si Negri era afiliado, probablemente si, aunque tal vez era italiano aún. Llegó en el siglo XIX como inmigrante, y se afincó en Refinería. Fue en su casa de calle Iriondo 150, donde le llegó el sobre, con el voto dentro, un 29 de marzo de 1916. Las elecciones serian el 2 de abril. En esta elección, el candidato con más electores fue Hipólito Yrigoyen, que resultó finalmente elegido presidente.Dejando de lado este raro objeto de papel –una anécdota- queremos recordar el largo período de luchas por la democracia que este voto clausura y a la vez inaugura.

Este voto simbolizó el comienzo de la posibilidad elegir el gobierno de manera legal y sistemática, evitando las violencias y presiones de los poderosos. Un ideal perfecto de personas que se dan su gobierno de forma consensuada, natural y a la vez, formal y rigurosa.
La Ley Sáenz Peña significó el acceso igualitario de los hombres a elegir. Mucho más tarde, en 1946, se implementaría el voto femenino por la Ley Nº 13.010.
Como símbolo de democracia y libertad, este papelito liviano y delgado del ciudadano Negri no alcanzó a durar 20 años.
En 1930, el general José Félix Uriburu, de manera ilegal usurpó el gobierno nacional, inaugurando el partido militar, causa de muchísimos males en el país. El viejo PAN, formado por la clase alta y sobre todo por el fraude electoralista, había desaparecido completamente de escena, si bien no sus integrantes. Sin embargo, muchos de los integrantes del viejo PAN apoyaron el golpe: no le perdonaron al pueblo la Ley Sáenz Peña. Partidarios de la jerarquía “natural” donde los ricos manden a los pobres, y vieron en la democracia un sistema anárquico y demagógico que alteraba el orden de las cosas. Comenzaba la década infame, donde se retomaban las viejas prácticas del fraude “patriótico”.
Así, hace 80 años, en 1930 el voto de Negri se volvió un signo del pasado, como la democracia representativa. El viejo voto se perdió entre libros de hojas ya amarillas, hasta que fue rescatado por un vecino, pariente de su dueño original.
Hoy, en este marzo de memorias y viejos recuerdos de dictaduras militares  y muertos civiles, tal vez la vieja papeleta sea una esperanza de futuro.
De todos, y para todos.

No hay comentarios: