ROSARIO DESDE EL AIRE

El sábado se realizó en el Centro Cultural Cine Lumiere una actividad denominada Rosario desde el Aire, donde se pasaron diapositivas de viejas fotos aéreas de la ciudad.

Recorriendo la misma desde el sur hasta el oeste y luego hacia el norte, se identificaron viejos edificios aun en pie, y también otros que ya no están.

Varias de las fotos fueron rápidamente identificadas, pero otras… no tanto.

La ciudad ha cambiado mucho, grandes partes de la misma que estaban baldías se han poblado, y muchos edificios han desaparecido.

La cuestión de las fechas fue un tema aparte.

La aparición de aviones del tipo Piper Cub – identificados por Diego Fernetti, especialista en aviación histórica- dio la posibilidad de que fueran fotos vinculadas a la promoción de aeroclubes, efectuada en la década del 40 al 50, durante el gobierno peronista.

Sin embargo, otras fotos aparentan ser de otras épocas anteriores, ya que la presencia – o ausencia- de ciertos edificios o detalles dan a pensar en la década anterior de 1920 a 1930.

Es posible que estemos frente a una colección, en la cual se reunieron con algún objetivo que desconocemos, fotos tomadas desde el aire, evidenciando los detalles de la ciudad desde otra perspectiva. La reunión en sí  fue rica en investigación visual, conversaciones y aportes,  amable y distendida, ya que los historiadores y amantes de la historia de la ciudad se entusiasmaron con la presentación, al punto de pedir la repetición del audiovisual. Este tipo de eventos permite recuperar memorias perdidas sobre la conformación de la ciudad antigua, y de allí recuperar vivencias vinculadas a la urbe, esto es, la “forma física” de la ciudad, que es donde se desarrolla espacialmenmte la vida cotidiana de los barrios. Desde el recuerdo que se disparó desde de las fotos, se recordaron antiguas costumbres, vivencias personales y otros detalles que las fotos no presentaban, pero que se revelaron como importantes...

Analizar fotos no es sólo ver sus detalles, al estilo "Sherlock Holmes", actividad que se puede hacer en soledad, cada uno en su casa.

El objetivo fue otro: poder usarlas para compartir vivencias, recuerdos y formentar vínculos en torno a temas comunes.  Esta forma de uso del patrimonio, que no implica una erudición, sino una relación, es en el fondo un proceso de enseñanza y aprendizaje, donde los datos son brindados, analizados, discutidos e incorporados, pero también lo son las relaciones que se hacen a partir de esas actividades.

Esa es la misión profunda del museo.

Las fotos –unas 70- quedaron en formato CD a disposición de los historiadores para su análisis.