LA HISTORIA NO ES EL PASADO, PORQUE TRANSCURRE HOY .
El Museo Itinerante del Barrio de la Refinería, las Jornadas de Cronistas e Historiadores Barriales y el Museo Virtual están declarados de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario y el Honorable Concejo Municipal.
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domingo, 27 de junio de 2010

LA ESTANCIERA

La época correspondiente al gobierno peronista de 1945 a 1955 fue de intensa industrialización. Las industrias actuantes en este período no sólo fabricaron bienes de consumo, sino que se institucionalizaron, incluso forjando un lenguaje que mezclaba patriotismo y moral a las bondades del producto fabricado.
Empero, las limitaciones de la tecnología disponible en el momento hacían que la industria argentina de esa época abarcara desde una industria liviana de discreta calidad hasta el algo más que modesto artesanado, de "dudosa resistencia".
En una instancia intermedia, existía una gama de establecimientos proveía de objetos de todo tipo a los hogares argentinos, cocinas, muebles, electrodomésticos, radios, se fabricaban por doquier, en los grandes galpones, en el barrio.
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Una de las formas más curiosas se demuestra en la fotografía de arriba, que pertenece al Museo. Corresponde a una Exposición Industrial y Comercial de la Zona Norte de 1954, donde la empresa COINDRO S.R.L. presentaba sus productos, entre ellos una CAMIONETA RURAL COINDRO, en base al chasis del famoso Jeep.
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Vemos un poco acerca de esta forma de producción de mediados del siglo XX.
Introducidos como sur plus de guerra, muchos vehículos norteamericanos del tipo Jeep empezaron a rodar las calles rosarinas.
Este vehículo, de origen militar, provenía de las especificaciones del gobierno yanqui para un vehículo de propósitos múltiples (General Purpose, GP).
Fabricado desde 1941 por la Ford y la Willys Overland (en medio de maniobras algo oscuras que dejaron a la Bentam, empresa diseñadora, afuera de las licitaciones) el jeep fue protagonista de toda la Segunda Guerra Mundial, para los años ´50 recién terminada.
COINDRO transformó uno de esos jeep, construyendo un nuevo prototipo. La adaptación consistía en adosarle una cabina cerrada, que el Jeep Willys ( imagen de la izquierda) no poseía, con laterales de madera y chapa, trasformando el vehículo en un auto compacto. El parabrisas también sufrió una adaptación, reemplazándolo, ya que era abatible, pero manteniendo su parte baja, que lucía la marca. Para ello, la "carrocería" se añadía, quedando sobresaliente, como se ve abajo en la foto.
Quedaron sin tocar la parrilla y el capot, muy característicos. El vehículo rosarino estaba prístinamente terminado con pintura brillante, probablemente de color gris o verde oliva, los colores del vehículo original.
Un vecino, Manuel, recuerda un caso similar a COINDRO: 
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"en calle Almafuerte y Ferreyra, más o menos, era una sodería, habían comprado varios jeeps de la guerra, para restaurarlos, que estaban alineados en la calle, me acuerdo que pasé varias veces por allí, yo estaba en la escuela, debe haber sido para el 46 o 47... me acuerdo. El yipi, así le decían, y no yip, era un vehículo muy "canchero" a la hora de pasear chicas, aunque tenía un escalón, no, un estribo y un escalón, y las chicas, pobres, siempre se machucaban las canillas con ese escalón...) "
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La operación industrial de COINDRO S.R.L. no superaba del todo el artesanado, en una realización propia de las carroceras, si bien con detalles de terminación bastante aceptables, por lo que se ve.
Estas operaciones diferían de las monstruosas cadenas de Detroit, en su modestia se ubicaban en fábricas y talleres que, en general, no superaban la media manzana de extensión. Esta forma de trabajo, que considera como material disponible algo ya fabricado, era y es aún común en la fabricación de ómnibus y micros, en base a camiones de carga.
No sabemos el resultado concreto de la faena, pero el vehículo resulta muy similar a las Jeep Station de 1949 (foto izquierda) o la Willys Wagon de la misma época, hechas en madera o de chapa estampada, y en la que posiblemente COINDRO se inspiró. El vehículo de COINDRO seguramente era más barato, ya que se basaba en un rezago de guerra restaurado, y el Willys Wagon era un auto nuevo, fabricado expresamente para su función, y que debía necesariamente importarse.
Pensamos que el objetivo de la fabricación era brindar un automóvil familiar, barato y resistente, apto para terrenos difíciles. Recordemos que un alto porcentaje de las calles y rutas en Argentina eran de tierra, con zanjas laterales, y que las lluvias transformaban en resbaladizos panes de manteca las calzadas rurales.
Esta trasformación no es lo que hoy llamaríamos “tuneo” ya que no era un producto personalizado. Se pensaba en un producto con la base de un vehículo prestigioso, resistente, de limitada producción, aunque útil a muchas personas.
Tal vez COINDRO haya comprado varios jeeps, como en el caso recordado por Manuel.
La industria automotriz argentina –sobre todo cordobesa- pondría fin, en la década del 60 a este tipo de fabricación intermedia, al ensamblar modelos extranjeros, o bien encarar una producción propia. Sólo en las mencionadas carroceras seguirían estas labores, en base a chasis importados o nacionales. La fábrica IKA (Industrias Kaiser Argentina) fabricó, en la década del 60, la famosa Estanciera que era, en última instancia, una reelaboración del diseño de la Willys Wagon. Incluso su parrilla "en pico" es muy similar. También elaboraría un Jeep Ika, denominado "largo", con mayor capacidad. En la foto de al lado, vemos una Estanciera original en el barrio Refinería.
COINDRO S.R.L. fue una etapa intermedia, pero importante, en la industria argentina. Este tipo de fábricas semiartesanales, o al menos su concepto, supondrían un cambio de mentalidad: de la cultura agraria y estacional, se pasó a otra urbana, dinámica y más propensa al cambio frente a la oportunidad.
La forma nueva de pensar la producción se basaría en un conocimiento pragmático de las cosas, “resultadista”, de esfuerzo y preocupación casi personal por los problemas técnicos. Esto se hacía en base a la observación y la reflexión “in situ”, aunque de manera poco eficiente a veces. Muchas de estas empresas eran familiares.
La industria moderna dejaba atrás muchas cosas, empezando a vincularse con los productos internacionales y su muy diferente calidad y se iniciaría así un debate importante entre lo nacional-barato o lo importado-caro, quedando establecida la calidad como parámetro de consumo.
El siglo XX había comenzado bastante tarde en Argentina.

2 comentarios:

adael marcos villalba dijo...

Mi familia vecina tuvo una Estanciera, y me hice un fanatico de estos vehiculos.
De estanciera había varios modelos, como la pickap Baqueano, tipo chata. Ubo también una estanciera Brasileña, de faros separados, y otra denominada Utilitaria de los 70.

La estanciera era una copia del Willys Wagon, como ustedes bien dicen, pero el nombre era compelto era Willys Wagon Station, de caja de madera y se copió también en España como Jeep Comando Ebro.
El jeep willys era tambien copiado con la marca Jeep, y otro muy feo de la IKA, el de chata larga, que en barrio Alberdi le deciamos jeep verdulero.

Los felicito por la investigacion, una imagen puede traer mil palabras, recuerdos, y me hiso incoporar un modelo que no sabía que existia.

museo dijo...

Gracias mil por tu aporte, Adael.