
En esta ocasión, como en otras oportunidades, se mezclaron las vivencias personales, las anécdotas, las investigaciones académicas y el recuerdo de viejos y nuevos bares, de almacenes, pulperías y fondas ya perdidos en el tiempo.

Rescatamos particularmente estas ponencias porque la presencia de jóvenes investigadores implica una renovación en el tratamiento de temas históricos, con nuevas miradas, sobre todo luego de la pérdida, durante este año, de importantes referentes de la historia barrial.
La nostalgia estuvo a cargo de Enzo Burgos y Albino Serpi, recordando el Bar Saigo y el Bar La Capital.
Y el sábado, un amigo del Museo, el historiador Pablo Suárez, junto con Dali López, amenizaron con guitarra y poemas gauchescos la jornada final.
Fueron dos días de camaraderia, cualidad que es el objetivo principal del Museo: generar acciones sociales en torno a objetos comunes, que en el fondo, son menos importantes que la amistad, la charla compartida y los buenos momentos.
Agradecemos a los participantes y al Centro Cutural Cine Lumiere todo eso, que se renueva año a año.
Nos vemos en el 2012.
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