Corre el año 1908 y el Radicalismo (Union Cívica Radical, UCR) apuesta a un cambio nacional.
Liderado por Hipólito Irigoyen, el partido de Leandro Alem trata de hacer cambiar, por las buenas o las malas, a la oligarquía imperante en Buenos Aires, a fin de permitir una mayor apertura cívica. Entre los métodos elegidos estaba la “revolución”, que para la época significaba una revuelta armada. Ya habían intentado esto en 1990, 1893 y 1905, y si las cosas no cambiaban, seguirían en ese camino. Además, Irigoyen se había transformado en el único referente del partido, en una postura personal que muchos tildaban de caudillismo y, como se decía en esa época, de “personalismo”.
Contra el personalismo de Yrigoyen y la lucha armada, estaba el rosarino Lisandro de la Torre. Vivía en calle Laprida y Santa Fe, y poseia una estancia importante en nuestra provincia. Si bien había participado en una de esas revoluciones, la de 1890, Lisandro estaba enemistado con don Hipólito, al punto de batirse a duelo.
Además había otros intereses.
Los políticos estaban vinculados a la explotación agraria, y Lisandro era un estanciero, al igual que Yrigoyen. Sin embargo, De la Torre era santafesino, y se oponía al radicalismo en estos términos:
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"El Partido Radical ha tenido en su seno una actitud hostil y perturbadora, la del señor Yrigoyen, influencia oculta y perseverante que ha operado por lo mismo antes y después de la muerte del Doctor Alem, que destruye en estos instantes la gran política de la coalición, anteponiendo a los intereses del país y los intereses del partido, sentimientos pequeños e inconfesables".
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Es por ello que en 1908, funda en Santa Fe un partido propio: la Liga del Sur.
Los postulados son similares a los de la UCR, pero se diferencia por el carácter extremo de su lucha por la corrupción estatal. Para Lisandro, la Liga es:
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"un acto de protesta y de defensa propia contra la absorción irritante y expresión de fe en las propias actitudes para realizar los fines del gobierno libre. Así surge a la escena esta poderosa agrupación popular. La Liga del Sur no es la liga del sur contra el norte; la Liga del Sur es la concentración de voluntades de los habitantes del sur en defensa de su autonomía y en contra del localismo absorbente de la ciudad capital. Mañana podrá existir al Liga del Norte con la misma bandera".
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La Liga reclamaba menos centralismo, autonomía municipal, reforma constitucional, cambios organzativos en las cámaras.
En 1911, Lisandro de la Torre desembarca en el barrio Refinería.
Es más: funda en el barrio un comité.
Dado que era un barrio obrero, la Liga precisamente trataba de sumar apoyo popular, hasta ese momento hegemonizado por la UCR. En base a documentos del museo, es casi seguro que el vecino Antonio Negri –propietario de un almacén importante- haya sido Liguista. Uno de los afiliados más importantes de Rosario era Ovidio Lagos.
Se ha perdido el lugar exacto de la presentación, es probable que haya sido en algún galpón. El museo sin embargo tratará de investigar el hecho más precisamente, ya que sería un lugar histórico.
En las dos –malas- fotos se ven rostros curtidos por el sol, una mesa, y don Lisandro arengado a los participantes. Se han perdido los contenidos.
La revista donde aparecen las fotos, un Monos y Monadas de 1911, publicó abundante referencia sobre las actividades de la Liga del Sur, tal vez apoyando ideológicamente el movimiento.
De la Torre tenía 42 años y la Liga del Sur concurrió a los comicios provinciales del 5 de marzo de 1911, signada por irregularidades y conflictos; a pesar de ello Lisandro se incorporó a la Legislatura como diputado por la minoría correspondiente al departamento de San Lorenzo. Su actuación fue breve debido a la intervención federal y el consiguiente cierre de la Legislatura.
La Liga del Sur desaparece en 1914, cuando Lisandro de la Torre, junto a representantes de otros partidos funda, un 14 de diciembre en el Hotel Savoy de Buenos Aires, el Partido Demócrata Progresista. Es el partido que conocemos hoy.
Es interesante la apuesta latorrista.
Erguirse como político en un barrio obrero, barrio rechazado por las clases medias, era seguramente para la época un desafío.
Lisandro de la Torre pasó por Refinería: el barrio sigue reservando historias ocultas, insospechadas.
Liderado por Hipólito Irigoyen, el partido de Leandro Alem trata de hacer cambiar, por las buenas o las malas, a la oligarquía imperante en Buenos Aires, a fin de permitir una mayor apertura cívica. Entre los métodos elegidos estaba la “revolución”, que para la época significaba una revuelta armada. Ya habían intentado esto en 1990, 1893 y 1905, y si las cosas no cambiaban, seguirían en ese camino. Además, Irigoyen se había transformado en el único referente del partido, en una postura personal que muchos tildaban de caudillismo y, como se decía en esa época, de “personalismo”.
Contra el personalismo de Yrigoyen y la lucha armada, estaba el rosarino Lisandro de la Torre. Vivía en calle Laprida y Santa Fe, y poseia una estancia importante en nuestra provincia. Si bien había participado en una de esas revoluciones, la de 1890, Lisandro estaba enemistado con don Hipólito, al punto de batirse a duelo.
Además había otros intereses.
Los políticos estaban vinculados a la explotación agraria, y Lisandro era un estanciero, al igual que Yrigoyen. Sin embargo, De la Torre era santafesino, y se oponía al radicalismo en estos términos:
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"El Partido Radical ha tenido en su seno una actitud hostil y perturbadora, la del señor Yrigoyen, influencia oculta y perseverante que ha operado por lo mismo antes y después de la muerte del Doctor Alem, que destruye en estos instantes la gran política de la coalición, anteponiendo a los intereses del país y los intereses del partido, sentimientos pequeños e inconfesables".
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Es por ello que en 1908, funda en Santa Fe un partido propio: la Liga del Sur.
Los postulados son similares a los de la UCR, pero se diferencia por el carácter extremo de su lucha por la corrupción estatal. Para Lisandro, la Liga es:
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"un acto de protesta y de defensa propia contra la absorción irritante y expresión de fe en las propias actitudes para realizar los fines del gobierno libre. Así surge a la escena esta poderosa agrupación popular. La Liga del Sur no es la liga del sur contra el norte; la Liga del Sur es la concentración de voluntades de los habitantes del sur en defensa de su autonomía y en contra del localismo absorbente de la ciudad capital. Mañana podrá existir al Liga del Norte con la misma bandera".
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La Liga reclamaba menos centralismo, autonomía municipal, reforma constitucional, cambios organzativos en las cámaras.
En 1911, Lisandro de la Torre desembarca en el barrio Refinería.
Es más: funda en el barrio un comité.
Dado que era un barrio obrero, la Liga precisamente trataba de sumar apoyo popular, hasta ese momento hegemonizado por la UCR. En base a documentos del museo, es casi seguro que el vecino Antonio Negri –propietario de un almacén importante- haya sido Liguista. Uno de los afiliados más importantes de Rosario era Ovidio Lagos.
Se ha perdido el lugar exacto de la presentación, es probable que haya sido en algún galpón. El museo sin embargo tratará de investigar el hecho más precisamente, ya que sería un lugar histórico.
En las dos –malas- fotos se ven rostros curtidos por el sol, una mesa, y don Lisandro arengado a los participantes. Se han perdido los contenidos.
La revista donde aparecen las fotos, un Monos y Monadas de 1911, publicó abundante referencia sobre las actividades de la Liga del Sur, tal vez apoyando ideológicamente el movimiento.
De la Torre tenía 42 años y la Liga del Sur concurrió a los comicios provinciales del 5 de marzo de 1911, signada por irregularidades y conflictos; a pesar de ello Lisandro se incorporó a la Legislatura como diputado por la minoría correspondiente al departamento de San Lorenzo. Su actuación fue breve debido a la intervención federal y el consiguiente cierre de la Legislatura.
La Liga del Sur desaparece en 1914, cuando Lisandro de la Torre, junto a representantes de otros partidos funda, un 14 de diciembre en el Hotel Savoy de Buenos Aires, el Partido Demócrata Progresista. Es el partido que conocemos hoy.
Es interesante la apuesta latorrista.
Erguirse como político en un barrio obrero, barrio rechazado por las clases medias, era seguramente para la época un desafío.
Lisandro de la Torre pasó por Refinería: el barrio sigue reservando historias ocultas, insospechadas.
1 comentario:
saludos y exenletes los temas tratados. El barrio tiene una hsitoria muy importante!
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